La próxima semana Rosario votará para renovar 13 de las 28 bancas que componen el Concejo Municipal. En este contexto, Roque Cantoia, titular de Doxa Data Consultores, presenta un panorama que, a priori, oscila entre la renovación y la continuidad del mapa político local.
La irrupción libertaria
La aparición de La Libertad Avanza (LLA) alteró la geografía tradicional del voto rosarino, si bien no modificó sustancialmente la dinámica del elector promedio. Juan Pedro Aleart, candidato de LLA, disputó con éxito el voto oficialista de UNIDOS en las seccionales 1 a 8, imponiendo una elección basada más en atributos personales que en una plataforma ideológica. A diferencia de localidades del interior provincial, en Rosario primó la figura del postulante por sobre la fuerza de la marca. El desempeño de Aleart demuestra, según Cantoia, el piso de adhesiones que podría alcanzar LLA de cara a las elecciones generales de octubre.
El voto peronista
Si se consolidan los resultados de los frentes “Más para Santa Fe”, ERRE y “Activemos”, el caudal nominal de votos se asemeja al obtenido por el Frente de Todos junto a Ciudad Futura en 2021, aunque con un porcentaje de participación inferior.
No se registraron cambios sustanciales en las preferencias ni mejora en aquellas seccionales tradicionalmente adversas. Sin embargo, este bloque consolida al menos un 30 % del electorado que desaprueba la gestión local y exige un cambio, aunque su apoyo a Pullaro resulte en algunos casos ambiguo.
UNIDOS y la marca de la gestión provincial
A nivel local, UNIDOS no logró traducir el discurso de seguridad en un impulso electoral sólido. La naturaleza intermedia de estas PASO y la baja competitividad restringida neutralizaron las expectativas de imponer la marca de la gestión provincial por encima de los candidatos locales. En las seccionales del centro, UNIDOS cedió gran parte de su electorado a manos de Aleart, a pesar de que su imagen de seguridad gozaba de buena valoración. Por otro lado, mantiene las dificultades para movilizar votantes en los barrios, donde arrastra una gestión municipal con niveles de aprobación estancados desde hace un año.
Participación homogénea, pero a la baja
La participación electoral sigue en caída, aunque esta vez con una brecha menor entre barrios y niveles socioeconómicos. En 2021 y 2023, las seccionales del distrito Centro y Norte superaban hasta en 10 puntos porcentuales la asistencia promedio; en las PASO de 2025, esa diferencia se redujo: solo la Seccional 1 superó el 60 % de participación, mientras que Ludueña, Bella Vista y la Seccional 19 quedaron por debajo del promedio urbano.
Perspectivas de octubre
El análisis de Cantoia indica que, si bien la irrupción de LLA reacomoda ciertas fuerzas, el electorado rosarino mantiene su perfil pragmático: privilegia nombres con imagen individual por sobre la afiliación ideológica. El desafío para los partidos tradicionales será reconectar con los barrios y evitar la fuga de votos hacia candidaturas a la carta. En octubre, el escenario será definido, una vez más, por la solidez de las figuras locales y su capacidad de movilizar a un electorado cada vez más exigente y heterogéneo.
